En estas líneas se puede leer la opinión que el prestigioso economista Juan Torres tiene del diputado de IU Alberto Garzón (diputado por Málaga y miembro activo del movimiento 15M)
Con 26 años Alberto Garzón es el diputado mas joven del congreso en la nueva legislatura que ahora comienza.
Alberto Garzón en un joven que se ha hecho a sí mismo a base de estudiar, de trabajar y de escuchar. Lo conocí cuando estaba creando la Asociación de Estudiantes por una Economía Crítica en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Málaga. Cuando las actividades académicas que organizaban (cursos, seminarios, conferencias...) empezaron a congregar a cientos de estudiantes y, sobre todo, cuando se presentaron a unas elecciones a Junta de Facultad y tuvieron un gran éxito (como no podía ser menos dado el buen trabajo que realizaban al lado de sus compañeros) Alberto comenzó a sentir en sus carnes lo que significa la incomprensión, el ostracismo y el rechazo de quien no va por el camino que marcan los que mandan. Y lo sintió incluso a la hora de ser evaluado: sus respuestas críticas pero ya rigurosas en los exámenes no eran de recibo para los guardianes de la ortodoxia, aunque éstos se presentaran revestidos de progres o de venerables maestros. Empezó a colaborar conmigo en algunos proyectos como becario y desde entonces no hemos dejado de hacer cosas juntos. Digo de él que es un "máquina", como dicen los más jóvenes ahora, porque se echa a la espalda lo que haga falta y gracias a lo cual hemos podido sacar adelante proyectos o libros en tiempo record.
Debo reconocer y me gusta decirlo que cuando ayer lo vi actuando como secretario del Congreso de los Diputados sentí emoción y orgullo. Pero no porque crea que Alberto ha llegado a un lugar priviliegiado y que concede privilegios sino, precisamente, porque sé que Alberto llega allí precisamente para luchar, como ha hecho hasta ahora, contra los privilegios. Y al ver hoy su foto en la prensa dirigiéndose en metro a las Cortes he vuelto a tener la coinvicción de que es fundamental que estén también en las instituciones (y no solo en las calles) gentes como él, jóvenes o más mayores, pero convencidos de que hay otra forma de hacer política.
Cuando el 15M y otros movimientos sociales y los partidos que entienden la política como un servicio a la ciudadanía y no al del poder establecido seamos capaces de llenar las instituciones además de las plazas, cuando llevemos al Congreso de los Diputados donde hacen las leyes que enriquecen aún más a los de siempre 90, 100 o 200 diputados dispuestos a decir que ya está bien de servir a los ricos y que hay que empezar a trabajar y legislar de verdad por la justicia, será cuando empiece a alumbrarse la luz espléndida de un nuevo día.
Me alegra enormemente que Alberto sea de los primeros en emprender ese camino. Y ojalá sirva de ejemplo para que otros miles de jóvenes sigan esa misma trayectoria de estudio, de lucha y compromiso.
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